Mi mundo en viajes: Cáceres, un laberinto medieval

Un buen día, hace 4 años, mi querido Manolo García, me hizo caer por tierras extremeñas, en concreto, en la bonita ciudad de Cáceres, para asistir a uno de sus conciertos... Y mi querido novio y la suerte se encargaron del resto, el primero de darme la sorpresa de alojarnos en el Parador, y la segunda, de acabar cenando en el restaurante del Parador en la mesa de al lado del mismísimo Manolo. No podía creerlo!

Interior del Parador

El Parador está situado en el casco antiguo y es el único acceso al mismo con el coche, ya que en la plaza hay unos bolardos y para que se bajen se debe pulsar en el interfono indicando que se tiene una reserva. Está integrado por los palacios de los Marqueses de Torreorgaz y de la Casa de Ovando Mogollón, Perero y Paredes, ambos del siglo XIV. Sin lugar a dudas, un lugar elegante, bonito y tranquilo, sobretodo la parte exterior del restaurante, donde cenamos unos platos buenísimos, entre ellos, croquetas de boletus, solomillo con salsa de Torta del Casar y una tarta de queso para repetir. El precio fue de unos 70€ (vino incluído).

Patio interior

Exterior del restaurante

Hicimos un recorrido turístico por el casco, declarado Patrimonio de la Humanidad. Un recinto amurallado lleno de callejones empedrados, iglesias, conventos, palacios y casonas que te transportarán a la Época Medieval. A destacar la Concatedral de Sta. María la Mayor, el Palacio Episcopal, el Palacio de la Diputación, el palacio de los Golfines de Abajo, la Plaza de San Jorge y de San Mateo, en fin, un gran número de monumentos dignos de descubrir con los propios ojos. Fuera del casco, está la mayor zona de tapas, bares y comercios en torno a la Plaza Mayor.

Plaza de San Jorge

Palacio Episcopal

Bonito rincón

Y por supuesto, muy importante, degustar la gastronomía local a base de migas, embutidos del cerdo, torta del casar, cabrito, mollejas, ibéricos (pluma, secreto, solomillo)...mmm, que rico todo!